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La Ciudad



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VIOLENCIA EN LA ESTACION : POR LOS GRAVES INCIDENTES HUBO 25 HERIDOS Y 16 DETENIDOS

Caos y furia en Constitución por el atraso en los trenes

Todo empezó pasadas las 18. Un tren quedó varado y se suspendieron los servicios a Glew y Ezeiza. Grupos de usuarios destrozaron las boleterías y otras oficinas. Y atacaron a piedrazos a la Policía.


Pablo Novillo


La estación Constitución, una de las terminales de trenes más grandes de Sudamérica, se convirtió ayer en un campo de batalla, con 25 heridos y 16 detenidos. Los usuarios de la línea Roca, furiosos porque el servicio se había paralizado, destrozaron oficinas y boleterías, y se enfrentaron con la Policía.

A las 17.40, a pocos metros de la salida de los andenes se quedó un tren por desperfectos técnicos, lo que bloqueó todas las vías que se usan para ir hacia Ezeiza o Glew. Esto fue confirmado por la concesionaria del ex Roca, Metropolitano, la misma empresa a la que el Gobierno Nacional le quitó en 2004 la explotación del San Martín.

Por Constitución pasan 400.000 personas por día. En plena hora pico de ayer, cuando la gente volvía a sus casas, el servicio se paralizó. La gente se agolpó frente a las boleterías y la oficina de informes del hall central, a esperar noticias. Mientras, otros usuarios colmaban los trenes que seguían en los andenes, por si el servicio se normalizaba.

Pero pasadas las 18, por los altoparlantes confirmaron que el servicio quedaba suspendido. Entonces, el caos. "La gente, que ya venía muy enojada y amenazando, empezó a destrozar e incendiar las boleterías, y a romper los vidrios de la oficina de informes a cascotazos. Acá siempre hay problemas con el servicio, es un desastre", contó Alejandro Sánchez, un testigo.

Los policías que habitualmente trabajan en la terminal intentaron controlar la situación, pero los pasajeros los enfrentaron a piedrazos y golpes, y los obligaron a meterse en el Destacamento de la Policía Ferroviaria. Algunas personas comenzaron a romper la puerta con una estructura metálica, y a prenderla fuego. El momento más tenso fue cuando arrojaron a las llamas una moto de un policía, que solía estacionarla allí. La explosión agravó el fuego, con los policías adentro. Y el hall se llenó de humo.

También rompieron teléfonos públicos, al menos tres máquinas expendedoras de boletos, bancos y carteles de información. No hubo daños o saqueos a los comercios del hall.

A las 19 llegó la Guardia de Infantería, no menos de 100 efectivos. Desalojaron la mitad del hall, esperaron y luego continuaron hasta copar todo el lugar. Mientras tanto, los usuarios del subte C, desprevenidos, salían del subsuelo y se encontraban con el caos.

La gente que continuaba arrojando piedras a los policías (a los que se les habían sumado adolescentes que suelen merodear y dormir en la estación y, se cree, algunos activistas) se pasaron al sector de los andenes, y desde allí resistían. Recién a las 20.10, cuando Infantería desalojó por completo la estación, la situación se normalizó, y la empresa volvió a brindar servicios. Una versión indica que el propio Gobierno la presionó para hacerlo, a pedido de la Policía, que quería desalojar el lugar lo antes posible.

Las calles laterales de la terminal (Brasil, Hornos y Lima) fueron cortadas por la Policía para facilitar el acceso de bomberos y ambulancias. Las colas de los colectivos se multiplicaron hasta cubrir por completo las dársenas, con la gente resignada que debía volver a su casa. Sobre la autopista 9 de Julio Sur varios curiosos paraban sus autos y observaban el caos. Lo mismo que veían, pero desde las pantallas de TV, los clientes de una pizzería que ocupa uno de los locales de la estación que da a la calle Brasil.

El Gobierno porteño confirmó que hubo 25 heridos, 16 policías y 9 pasajeros. Sufrieron golpes y cortes, e inhalaron el humo. Fueron atendidos en el lugar por el SAME, y luego trasladados a los hospitales Churruca, Argerich, Ramos Mejía y Penna.

Además, la Policía detuvo a 16 personas, incluidos dos menores. Fernando Jantus, vocero de la concesionaria, contó: "Fue increíble como el lío se desató en pocos minutos. La gente tiraba piedras, ladrillos, cascotes que no sabemos de dónde sacaron. Nuestro personal escapó por una puerta de emergencia". En el Gobierno no descartaban que sobre el final de los conflictos se hubieran sumado activistas políticos, pero no tenían dudas de que la protesta fue originada por los propios usuarios. Además, adelantaron que habrá sanciones para la empresa (ver pag. 40).

Metropolitano confirmó que la gente, anoche, terminó viajando gratis. "Esperamos tener recuperadas las boleterías para la primera hora de mañana (por hoy)", agregó el vocero Jantus.




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Náufragos desesperados


Para la Rosada, todo se inició por una "rebelión de los usuarios"


Una empresa que nació en los años 90


Haedo fue el caso más grave




Camino equivocado
Daniel Fernández Quinti









El servicio en los trenes del Roca es malo, con demoras y cancelaciones, trenes sucios y que siempre van llenísimos. La gente —aquí llamados usuarios— tiene derecho a reclamar, debe reclamar porque para eso paga por un servicio digno. Un servicio que recibe subsidio del Estado, o sea que de alguna manera es financiado entre todos. Pero ese derecho no justifica la violencia. Romper todo —lo que más tarde habrá que pagar— no sirve frente a la injusticia o la impotencia.







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