SECUELAS DEL TERREMOTO.
Caos y desesperación por ayuda en Perú
Hasta ayer, la cifra de muertos se mantenía en 500; y la de damnificados, en 80 mil.
REUTERS/Enrique Castro |
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LABORES. Bomberos toman un descanso, antes de proseguir con las tareas de rescate en Pisco.898477 |
GUADALUPE, Perú/AP
Cientos de damnificados por el terremoto que afectó esta zona de Perú salían de los escombros ayer, para abalanzarse sobre carros que llevaban alimentos, en medio de la desesperación de otros miles de afectados en varias localidades del país.
Los pobladores de Guadalupe, a 230 kilómetros al sureste de Lima, permanecían acurrucados dentro de endebles cabañas fabricadas por ellos con palos y toldos de bolsas plásticas, tras la caída de decenas de casas de adobe.
Entre la polvareda y el brote de enfermedades respiratorias, niños, ancianos, padres y madres aguardaban en el frío la ayuda; mientras atrincherados en las calles levantaron para evitar que extraños les roben lo poco que les queda.
Tras el anuncio del arribo de un envío de suministros, la gente se abalanzó a una pequeña camioneta que llevaba 60 bolsas con fideos, aceite, latas de atún, agua, y arroz.
"No he comido nada más que unos dos vasos de leche. Yo vivo sola, pero estamos pidiendo algo de comida para los niños que tienen hambre", dijo Libaña Sánchez, de 52 años.
Esta escena se repetía en Pisco, una de las más afectadas por el terremoto, y en Ica, aledaña y también destruida.
Hasta ayer, la cifra de muertos se mantenía en 500, mientras que la de damnificados se estima en 80 mil.
La ministra de Comercio Exterior, Mercedes Araoz, admitió que la ayuda era insuficiente y añadió que los robos y saqueos seguirán siendo un problema.
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