Sydney vuelve a registrar serios incidentes por los nuevos actos de violencia anti musulmanes

Los altercados más violentos se registraron en los barrios de Caringbah y Cronulla, las zonas más afectadas por los graves incidentes del fin de semana

Mónica Garriga/Efe

Melbourne

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Al menos seis personas han sido detenidas a causa de la violencia racista que reapareció ayer, por segunda noche consecutiva, en distintas partes de Sydney y que destrozó coches, ventanas, cubos de basura provocando el "caos". Los altercados más violentos se registraron en los barrios de Caringbah y Cronulla, este último el escenario de los altercados del pasado domingo que provocaron una treintena de heridos.

En Caringbah, los pasajeros de un coche agredieron a una mujer que se encontraba en un pizzería y tuvo que ir a un hospital para que la curaran, según comentó un guardia de seguridad a los medios locales.

Por su parte, un reportero de la emisora de radio 2GB dijo desde Cronulla que la zona se encontraba en una situación de "caos" con coches dañados y personas en estado de shock. "Hay caos, con ambulancias y policías por todas direcciones", según informó dicha fuente.

Las detenciones practicadas se produjeron en este barrio, el mismo desde donde un residente relató a la agencia de noticias Australian Associated Press que medio centenar de coches con ocupantes de apariencia árabe habían aparecido y se habían dedicado a destrozar vehículos a su alcance con bates de béisbol.

Este medio también informó que se había escuchado tiros en la playa de Cronulla, pero la noticia no ha podido ser confirmada de momento por la policía.

Los cuerpos de seguridad de Sydney llevaban todo el día preparados para algo semejante a lo que ha ocurrido. En la zona de Maroubra, los agentes del orden se incautaron de material que podría haber sido utilizadas para fines violentos.

"Confiscamos sobre las 3.00 de la tarde un número de bates, rocas y barras de acero escondidas en el parque de Maroubra", informó el superintendente Phil Rogerson. Un centenar de personas llegó a congregarse en la playa de Maroubra pero, según los medios locales, se habían ido al caer la noche.

Los cuerpos de seguridad también se desplegaron para reforzar la seguridad en las barriadas Coogee y Bondi.

Unas 500 personas, en su mayoría musulmanes, se juntaron en la mezquita del barrio de Lakemba porque habían oído noticias de que iban a atacar el centro religioso, de acuerdo con el informativo de la cadena ABC.

La policía bloqueó los accesos a la mezquita y un helicóptero sobrevoló la zona, hasta que a partir las 21.30 hora local (10.30 GMT) comenzó a dispersarse la concentración sin incidentes.

El domingo por la noche, unas 5.000 personas, muchas en estado de ebriedad, se congregaron en la playa de Cronulla con banderas australianas y cantando proclamas racistas contra los "libaneses y negros".

Habían sido convocados por mensajes telefónicos de contenido racista que animaban a responder con violencia a los ataques de "las bandas de Oriente Próximo".

En un momento brotó la violencia y al menos una treintena de personas resultaron con heridas de diversa consideración. La policía ha arrestado hasta el momento a 28 personas relacionadas con los altercados racistas del domingo.

Las autoridades australianas, encabezadas por el primer ministro del país, John Howard, han condenado con fuerza los incidentes. "Atacar a personas por motivo de su raza, apariencia o etnia es totalmente inaceptable y debería ser rechazado por todos y cada uno de los australianos", afirmó ayer Howard con rotundidad.

El ministro de la Policía, Carl Scully, comentó que "parece que existe un elemento de supremacía blanca" entre los que participaron en la violencia de Cronulla. Scully apuntó que esa actitud "no tiene lugar en la sociedad australiana actual, esa clase de caracteres pertenece al Berlin de 1930".

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