El impuestazo se borró con sangre, Goni se echó atrás
Expectativa. Varias personas miran atentamente el mensaje del Goni, que anunciaba que el “impuestazo” se revertía
Augusto Ibarra A. .
Corrió sangre, y el gobierno no tuvo otra alternativa que echarse atrás en su intención de aplicar el "impuestazo". Con el rostro marcado por la preocupación, exactamente a las 16:20 de la tarde el presidente de la República, Gonzalo Sánchez de Lozada, salió a anunciar que la medida que hace sólo algunas horas la defendía y la calificaba como ineludible para reducir el déficit fiscal, ya no iba a ser aplicada.
En el mensaje presidencial transmitido a través de una red televisiva nacional, que duró escasamente tres minutos, el Jefe de Estado anunció que retirará el Presupuesto General de la Nación, que incluye un impuesto sobre los salarios.
Sánchez de Lozada lamentó el saldo de muertos y heridos que dejó los enfrentamientos entre el Ejército y la Policía y dijo que se buscará la forma de concertar un presupuesto "que no castigue a las clases más empobrecidas del país".
Pero el denominado impuestazo ha tenido una tortuosa historia que comenzó en octubre del año pasado, cuando una misión gubernamental viajó a Washington para reunirse con personeros del Fondo Monetario Internacional y negociar el financiamiento para la aplicación del Plan Bolivia.
En esta ocasión se pretendía lograr un colchón financiero para ampliar el déficit fiscal y mantener estables los precios de los carburantes. Ese pedido no solamente fue rechazado, sino que semanas después una misión del FMI "recomendó" al gobierno bajar el déficit fiscal y para ello le dio a elegir sólo dos caminos: gasolinazo o impuestazo.
De ahí en más, el equipo económico y los asesores gubernamentales empezaron a trabajar en un presupuesto, cuyo contenido responda a los mandatos del organismo. Es en ese momento en que en los diversos sectores políticos, sociales y empresariales empezó a hablarse de la aplicación del impuesto al salario.
En principio se decía que este tributo afectaría a quienes ganan desde Bs 5.000 en adelante. Rápidamente las autoridades salieron a desmentir lo que por entonces parecía ser sólo un rumor, pero también inmediatamente surgió otra versión de que el paquete impositivo que preparaba el gobierno incluía impuestos a los celulares y a la televisión por cable. Esta eventual medida fue confirmada en principio por el propio presidente Sánchez de Lozada y posteriormente desmentida por él mismo.
Pasaron algunas semanas y la aplicación del "impuestazo" empezó a cobrar fuerza, hasta que a principios de enero, en círculos gubernamentales, se confirmó que la aplicación de esta disposición era un hecho. La reacción social no fue tan fuerte sino hasta el domingo 9 de febrero, cuando en un mensaje televisado el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, hizo el anuncio oficial.
El rechazo de los sectores sociales y empresariales fue unánime. Las organizaciones sindicales llamaron a la resistencia civil y a diversas manifestaciones de protesta para rechazar el "impuestazo". Los empresarios calificaron la propuesta de Ley Financial como una medida recesiva, cuyos efectos complicarán aún más la ya crítica situación económica del país.
|