
Convulsión social deja hasta
ahora 14 muertos en el país
ACCIONES. Las inmediaciones de la sede de gobierno
se convirtieron en un campo de batalla. Policías y militares se dispararon
con balas de plomo.
Agencias y EL DEBER
Un clima de convulsión social se apoderó este
miércoles de La Paz debido a un motín policial, la demanda de renuncia del
presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y enfrentamientos entre el Ejército y
la policía que dejaban un saldo de al menos 14 muertos, más de 50 heridos y
edificios públicos en llamas.
La ola de violencia se desató luego de que el presidente Gonzalo Sánchez de
Lozada aprobara una escala tributaria que grava los salarios de los
trabajadores en 12,5%, que luego se vió obligado a anular para pacificar el
país.
Un compungido Sánchez de Lozada clamó "que pare la violencia" y que el
retiro del proyecto tributario "de lugar al diálogo franco", mientras una
turba de exaltados incendiaba las sedes de la Vicepresidencia de la
República, el Ministerio de Trabajo y de los tres partidos cogobernantes.
Al caer la noche, las refriegas entre policías amotinados y el Ejército
virtualmente habían cesado a raíz de las invocaciones de sus cúpulas.
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Esta tarde.Un
soldado herido es retirado por sus compañeros |
La Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDHB) llamó también al cese
de la violencia, mientras la plaza de Armas se constituía en el epicentro de
intensas balaceras y el ir y venir de ambulancias y camillas.
Como prevención a otros brotes de violencia, el gobierno desplegó
contingentes de soldados a la entrada de La Paz, paso obligado al aeropuerto
internacional, mientras unidades policiales de Cochabamba, Santa Cruz,
Tarija, Oruro y Potosí se encontraban en estado de alerta, según las
autoridades.
En la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, civiles se enfrentaban con palos
y piedras con tropas del Ejército, con un saldo no precisado de heridos, al
igual que en la central plaza de San Francisco, escenario de las principales
luchas sindicales.
Mientras tanto, la Central Obrera Boliviana (COB) demandó la renuncia de
Sánchez de Lozada y ordenó un paro nacional el jueves.
El líder opositor Evo Morales, jerarca de un poderoso sindicato de
cultivadores de coca, se unió también al pedido de la COB.
Las protestas contra el gobierno estaban respaldadas por la Confederación de
Empresarios Privados (CEPB) que cuestiona severamente las medidas
económicas.
La aplicación escalonada de tributos y la abolición del crédito y débito
fiscal por las compras, es "una tácita reducción de los salarios y una
medida (...) que provocará recesión", afirmó el vicepresidente de la
institución, Roberto Mustafá.
El poderoso gremio de los choferes ordenó para el jueves "el repliegue de
todas las unidades de transporte público", según su secretario ejecutivo,
Angel Villacorta.
El ministerio de Educación dispuso entretanto la suspensión de las labores
escolares en La Paz, el miércoles y jueves, debido al clima de inseguridad
prevaleciente en la capital.
Un Estado Mayor del Pueblo (EMP), formado a mediados de enero a raíz de un
corte de rutas por parte de productores de coca en la región central del
Chapare, convocó entretanto al corte nacional de rutas contra las reformas
tributarias.
Delfín Olivera, dirigente del EMP, que aglutina a sindicatos del país y está
liderado por el diputado socialista Evo Morales, urgió al gobierno a revisar
sus medidas. |