Santiago de Chile. (dpa) - Organizaciones de derechos humanos, colectividades de izquierda opositoras como el Partido Comunista (PC) y de gobierno, como el Partido Socialista, celebraron hoy la muerte del ex dictador Augusto Pinochet con un masivo homenaje ante el monumento del derrocado presidente Salvador Allende.
En total se juntaron entre 3.000 y 4.000 personas. La manifestación, llevada a cabo frente al palacio presidencial orma pacífica y no hubo mayores incidentes. Sin embargo, al disolverse, algunos grupos quisieron marchar por las calles aledañas y se registraron algunos disturbios menores, con un saldo de 20 detenidos, según reportó Radio Bío-Bío.
En medio de la celebración, un grupo de jóvenes colocó una caja negra para simular un ataúd, con una fotografía de Pinochet, entre aplausos y gritos de "el tirano murió, Allende vive".
Posteriormente, los asistentes dejaron ofrendas florales en el monumento al mandatario, contra el que se levantó Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, dijo que la intención no fue realizar un paralelo al funeral del ex dictador, pues no pretendían ahondar las odiosidades entre los chilenos.
Sostuvo que la idea era buscar terminar con la exclusión, seguir con los juicios por los derechos humanos y la lucha por la justicia social. Esta última "es el legado principal que nosotros tenemos de Allende", dijo.
"Nosotros no nos alegramos por la muerte de una persona. Creo que nos hemos alegrado legítimamente por la muerte de un dictador sangriento, un tirano", acotó.
La dirigenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz, declaró: "(Queremos decirle a Allende que) aquí está el pueblo en un momento en que ha muerto el dictador, en un momento en que nosotros luchamos para que en Chile haya verdad y justicia plena".
El abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez consideró que Pinochet fue un "cobarde durante toda su vida". Agregó que la comprobación de eso es su decisión de cremar su cuerpo porque temía el repudio popular, incluso después de muerto.
Además sostuvo que el militar en retiro se declaró "loco" para no ser enjuiciado, a diferencia incluso del ex dictador iraquí Saddam Hussein, que "ha dado la cara" en los tribunales y ha defendido su gestión.
También lo criticó porque abandonó a todos sus subordinados, al delegar en ellos las culpas sobre las órdenes que él mismo dio de asesinar y torturar.
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