La tranquilidad retornó a la capital ecuatoriana tras los disturbios que se registraron esta madrugada cerca del Palacio presidencial de Carondelet, donde la policía reprimió una protesta contra el gobernante Lucio Gutiérrez.
Unos 2.000 manifestantes llegaron a la medianoche (05.50 GMT) a las inmediaciones de la sede del Gobierno para exigir la renuncia del jefe del Estado, al que culpan de la crisis política que afecta al país.
La Cruz Roja Ecuatoriana informó de que decenas de personas fueron atendidas con síntomas de asfixia, entre ellos muchos niños y ancianos.
Unos 200 policías, apoyados por militares, mantienen cercados los accesos a dos cuadras a la redonda de la residencia presidencial, para impedir que los manifestantes lleguen hasta la Plaza de la Independencia, situada frente a la sede del Gobierno.
La protesta terminó hacia las 02.00 horas (07.00 GMT), aunque pequeños grupos de concentrados permanecían en el sector y gritaban "Lucio fuera".
Las manifestaciones nocturnas comenzaron el pasado miércoles por iniciativa de varios ciudadanos que, a través de la señal de la emisora "Radio la Luna", se han "autoconvocado" para protestar contra el jefe del Estado.
"Que se vayan todos, primero el dictador" ha sido el grito que con fuerza se ha escuchado en los últimos días en Quito, en las multitudinarias críticas espontáneas.
"Las protestas seguirán indefinidamente hasta que caiga el dictador", señaló uno de los cocentrados, que denunció excesos en la represión policial.
Las protestas contra el gobernante ecuatoriano han crecido en intensidad y paulatinamente se han acercado a la sede de la Presidencia.
Por otra parte, los ayuntamientos de varias ciudades ecuatorianas, especialmente los de Guayaquil, Cuenca y Riobamba, han anunciado que se sumarán a las quejas contra el Gobierno.
La poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas también amenazó con empezar desde hoy a cerrar carreteras en varias provincias y estudia la posibilidad de convocar a un levantamiento popular en todo el país.
EFE