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Los indígenas, que protestan contra la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, flexibilizan su posición. La Iglesia acepta mediar en el conflicto entre ellos y el Gobierno de Palacio
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Ecuador declara el estado
de excepción en varias provincias ante las protestas |
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Efectivos militares retiran las barricadas que bloquean la carretera que une la sierra central con la costa ecuatoriana / Efe
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QUITO | EFE
El pulso entre los indígenas y el Gobierno ecuatoriano por las protestas contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos continúa, mientras ayer seguían cortadas numerosas carreteras y estaba vigente el»estado de emergencia». La medida fue decretada el marts por el Gobierno en seis provincias para acabar con las manifestaciones de los indígenas, que han desafiado la disposición, creando un clima de incertidumbre sobre el futuro político del país.
Militares con maquinaria pesada se desplazaron a las provincias andinas centrales de Tungurahua, Imbabura, Chimborazo y Cañar, y a los cantones de Tabacundo y Cayambe, en la de Pichincha, para levantar las barricadas puestas en las vías por los indígenas, opuestos al TLC que se negocia con EEUU. El resultado del pulso entre la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que promueve la protesta, y el inestable Gobierno de Alfredo Palacio, que en sus once meses en la Jefatura del Estado ha cambiado a más de 240 altos cargos, es difícil de prever y sus consecuencias políticas inciertas. En la provincia de Cotopaxi, donde también estaban cerradas las carreteras por manifestantes que respondían a una convocatoria de los alcaldes de la zona, que reclamaban dinero para obras de infraestructura, se levantó la medida, al entregar anoche el Gobierno 42 millones de dólares a las instituciones locales.
Barricadas Durante la noche del martes y la madrugada de ayer miércoles, los indígenas, que también piden la disolución del contrato entre el Estado ecuatoriano y la petrolera estadounidense Occidental (Oxy), por supuesto incumplimiento del pacto por parte de la empresa, mantuvieron algunas barricadas, mientras el Ejército desmontaba otras. La Conaie decidió mantener los cortes en las vías de la zona central andina, aunque algunos de sus miembros dijeron a EFE en una carretera al sur de Quito que evitarían los enfrentamientos y que trasladarían sus barricadas si aparecían policías o soldados. Gilberto Talahua, coordinador del Movimiento Pachakutik, el brazo político de la Conaie, aseguró también que la protesta indígena continuará y que se fortalecerá con el apoyo de otros sectores sociales que han ofrecido respaldar la movilización. Talahua calificó de «cobarde» al presidente, Alfredo Palacio, y dijo que la declaración del estado de emergencia, que restringe los derechos constitucionales, entre ellos los de reunión e información, demuestra la «incapacidad» del Gobierno para resolver los problemas, así «como la intolerancia que tiene frente al pueblo». «Los indígenas no vamos a retroceder y junto a nosotros hay varios sectores sociales; nuestra lucha es por el país, no es por intereses particulares», agregó Talahua, tras insistir en que «todo gobierno cobarde, mentiroso y corrupto hace este tipo de demostraciones, que ya no tememos». A última hora de ayer, los indígenas flexibilizaron su posición y la Iglesia aceptó mediar entre ellos y el Gobierno para superar el conflicto. El vicepresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Santiago de la Cruz, dijo que han entregado una carta a los obispos para que se la haga llegar al jefe de Estado, Alfredo Palacio. «Con la carta, es bastante posible que el presidente (Palacio), si tiene voluntad de atender el mandato, pueda contestar favorablemente y estaría dando vialidad a una pronta solución al tema», señaló De la Cruz.
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