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Ecuador afronta ola de graves disturbios

Quito. Los indígenas dicen que seguirán con las protestas. Unos 2,500 militares buscaban pacificar cinco provincias.


Publicada 23 de marzo de 2006, El Diario de Hoy

Patrocinio. El gobierno cree que las manifestaciones han sido financiadas por la administración del Presidente venezolano Hugo Chávez. Foto AP
Agencias
El Diario de Hoy

internacionales@elsalvador.com

El Gobierno de Ecuador declaró el estado de excepción en algunas provincias paralizadas por una protesta de las organizaciones indígenas opuestas a la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.

Ésta es la segunda vez en marzo que el Ejecutivo ecuatoriano declara el estado de excepción, pues el pasado día 7 lo hizo en las provincias amazónicas petroleras de Napo, Sucumbíos y Orellana por la huelga de unos 2,000 trabajadores del sector.

El ministro de Gobierno (Interior), Felipe Vega, anunció que con el estado de excepción declarado se limitan algunas “garantías constitucionales”.


Además, Vega dijo que será el jefe de operaciones de Tareas Conjuntas de las Fuerzas Armadas quien tomará el control de la situación.

La medida se aplicará en las provincias de Tungurahua, Imbabura, Chimborazo, Cotopaxi y Cañar, así como en algunos cantones de Pichincha, cuya capital es Quito.

El objetivo es “garantizar el libre tránsito” de personas por el territorio nacional, como establece la Constitución, añadió el ministro ecuatoriano.

Vega declaró que la medida fue adoptada por el Presidente Alfredo Palacio, tras “agotar” todas las posibilidades para disuadir a los indígenas a que pongan fin a su protesta.


El ministro afirmó que el decreto “prohíbe una serie de actividades, como reuniones públicas”, entre otros derechos civiles, y que será el mando militar respectivo el que “tome las previsiones para abrir las vías, para devolver la tranquilidad, la paz a la ciudadanía y evitar enfrentamientos”. Vega precisó que no se ha pedido la detención de ningún dirigente indígena, y subrayó que es necesario “un país en paz para trabajar”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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