En un comunicado, la SSP dijo que los 107 hombres y 34 mujeres fueron detenidos "por haber participado en actos vandálicos, incendio de diferentes inmuebles y saqueo de algunos establecimientos comerciales de la zona centro de la capital de Oaxaca".
Según el informe, el traslado fue necesario porque "los detenidos tienen un perfil de alta peligrosidad y debido a que en el estado (de Oaxaca) no cuentan con las instalaciones carcelarias con las condiciones de seguridad suficientes para su resguardo".
Además, de acuerdo al diario mexicano El Universal, la Policía Federal Preventiva (PFP) tiene previsto aprehender en las próximas horas a miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) "que son presuntos responsables de los daños que se causaron a diferentes propiedades el sábado pasado, durante los enfrentamientos en el centro histórico".
Sin embargo, El Universal citó al jefe del Estado Mayor de la PFP, Ardelio Vargas Fosado, diciendo que las fuerzas federales no incursionarán en la Ciudad Universitaria de Oaxaca, donde se encuentran los dirigentes de la APPO, para no violar la autonomía universitaria del lugar.
Desde hace casi seis meses, la APPO, una asociación en la que participan más de 350 organizaciones civiles de base, entre ellas sindicatos, movimientos indígenas y de campesinos, y grupos de mujeres, ha prácticamente paralizado a Oaxaca, en medio de reclamos salariales y sociales, y de pedidos de renuncia del gobernador del estado, Ulises Ruiz, a quien acusan de represión y corrupción.
La APPO se defiende
BBC Mundo se comunicó por vía telefónica con el consejero de la APPO, Zenén Bravo, quien denunció que "el gobierno federal, en combinación con el gobierno estatal, están desarrollando toda una ofensiva de agresión, de detenciones, allanamientos de moradas y traslado de los compañeros que fueron detenidos".
Bravo aseguró que la violencia del fin de semana la iniciaron las autoridades, al lanzar bombas lacrimógenas contra manifestantes que, según él, hasta entonces protestaban pacíficamente.
"A la hora de los primeros golpes, ya no hubo capacidad de llamar a la cordura porque los ánimos se calentaron y a la gente no le quedó más que defenderse como se pudo", dijo.
Bravo añadió que los dirigentes de APPO no tienen previsto resguardarse indefinidamente en Ciudad Universitaria y que sólo se encuentran allí reunidos para evaluar la situación.
"Diálogo"
"La idea es entablar el diálogo con las autoridades, insistir en que nosotros creemos que ésa es la vía para alcanzar una salida al conflicto", dijo.
"Vamos a dirigirnos a todos los medios, a los organismos de derechos humanos, para que se instale una mesa y no se suma en un baño de sangre a Oaxaca".
Sin embargo, el consejero de la APPO señaló que con el único que "ya no se puede dialogar" es con el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz.
Según él, Ruiz debe renunciar para que el conflicto pueda tener una salida política.
Bravo añadió que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca convocó a una movilización, el 1 de diciembre, "con vistas a fomentar el diálogo".