Al menos 50 personas han muerto hasta el
momento en los enfrentamientos armados entre mineros artesanales que
comenzaron el miércoles en el sudoeste de Nigeria, según confirmaron
ayer portavoces de la Policía a los medios de comunicación.
Los enfrentamientos, cuyos protagonistas son mineros con licencia
gubernamental para desempeñar su oficio y otros que no la poseen,
tienen como epicentro la localidad de Komu, en el Estado
suroccidental de Oyo.
Machetes, cuchillos y algunas armas de fuego fueron utilizados
por ambos bandos durante los choques, que forzaron a huir a cientos
de habitantes del pueblo.
Según la Policía, los choques armados comenzaron cuando guardias
de seguridad en el área minera de Itesiwaju trataron de evitar que
los mineros ilegales, en su mayoría residentes de Komu, excavaran en
el lugar en búsqueda de aguamarinas, una piedra semipreciosa que
constituye la principal fuente de ingresos de la población.
La versión proporcionada por portavoces de la autoridad local
indica, sin embargo, que los pobladores, que han estado presionando
al Gobierno para que les otorgue derechos de explotación de minas en
la zona, trataron de expulsar a los mineros con licencia, pero que
provienen, mayormente, de otras regiones.
Restaurar la calma
Las autoridades han enviado al área varias decenas de efectivos
de las fuerzas de seguridad para reforzar el destacamento local de
la policía en un esfuerzo por restaurar la calma y el orden público,
señaló, por su parte, Dahiru Liman, el consejero especial sobre
Minería de la gobernación de Oyo.
Cuando en 2003 el gobernador entrante del Estado, Rashidi Ladoja,
asumió el cargo, prometió detener todas las actividades ilegales de
minería artesanal en la comunidad y aseguró que cualquiera que
contraviniera las regulaciones pertinentes debería responder ante
los tribunales, que aplicarían la ley con todo vigor.
Con casi 130 millones de habitantes -el país más poblado de
Africa- que se integran en alrededor de 200 grupos tribales, Nigeria
posee el más alto nivel de conflictos humanos del continente.
Desde su independencia de Gran Bretaña en 1960, el país ha sido
escenario de frecuentes y sangrientos enfrentamientos en los que
murieron miles de personas y que han tenido como origen la
diversidad étnica y religiosa de las poblaciones, en constante
disputa por cuestiones territoriales, políticas y económicas.
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