Jueves | 15.09.2005

 

GRAN BRETAÑA ACUSA A LOS PARAMILITARES PROTESTANTES

Londres desconoce el alto el fuego en el Ulster





María Laura Avignolo. PARIS. CORRESPONSAL
mavignolo@clarin.com




Irlanda del Norte ha regresado a sus inciertos tiempos de violencia después de que el gobierno británico declaró ayer que no reconoce más el alto al fuego, declarado en 1997 por los paramilitares protestantes del Comando de Manos Rojas y la Unión de Voluntarios del Ulster(UVF), como consecuencia de cuatro días de los peores disturbios entre los protestantes y las fuerzas de seguridad en una década en Belfast.

El no reconocimiento del alto al fuego de los paramilitares significa que pueden ser detenidos, procesados y condenados por sus acciones de los últimos días contra el Ejército y la Policía, que incluyeron ataques con granadas caseras, disparos de armas de fuego y 70 policías heridos.

Según declaró el secretario británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, los protestantes no están cumpliendo con el cese del fuego acordado como parte del Acuerdo del Viernes Santo (1998). Y agregó que los enfrentamientos del pasado fin de semana entre grupos unionistas y la Policía "son inaceptables".

Otro tenebroso incidente que va a tener un alto impacto en el proceso político local se produjo el lunes. El IRA utilizó la cobertura de los violentos disturbios entre los protestantes y la Policía para atacar y dejar con graves heridas en la cabeza a Jess Commander, el testigo del asesinato del católico Robert McCartney en un pub de Belfast el año pasado, y cuyo homicidio fue una de las razones fundamentales para el desarme de la guerrilla católica.

A 100 metros de los disturbios protestantes pero en una calle de Belfast Oeste, Commander fue atacado con barras de hierro y una navaja por una banda de siete hombres enmascarados cuando caminaba junto a su novia. Fue hospitalizado en coma y con serias heridas en la cabeza.

Commander estaba en el pub junto a McCartney cuando, después de una pelea, éste último fue degollado por un supuesto grupo de guerrilleros del IRA.

Las cinco hermanas McCartney rompieron el tabú de silencio que impera en los barrios católicos de Belfast frente a las acciones del IRA. Denunciaron el asesinato internacionalmente y el caso fue llevado a la Corte Europea de Justicia. Fueron recibidas personalmente por el presidente George Bush en la Casa Blanca y Washington impidió al Sinn Fein, brazo político del IRA, recolectar dinero para su causa republicana en Estados Unidos.

El asesinato de McCartney fue un desastre de relaciones públicas y una de las causas que forzó a la guerrilla republicana irlandesa a acelerar su desarme dos meses atrás.

"Esto fue un intento de asesinato", denunció Paula McCartney, hermana del asesinado. Lo atacaron con una navaja. Tiene serias heridas en la cabeza", y afirmó que una de las personas que participó en el ataque también había intervenido en el asesinato de su hermano.

Las derivaciones del caso McCartney y el no reconocimiento por parte de Londres del alto el fuego de los protestantes serán un cóctel explosivo en el futuro de la paz de Irlanda del Norte.


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